El Museo del Palacio Real es la visita estrella en la antigua capital del Reino del Millón de Elefantes: Luang Prabang.
Personalmente me resulta algo extraño decir esto, ya que para mi no hay mayor atractivo en Luang Prabang que la ciudad en sí misma, pero si enumerásemos los puntos de visita obligada en orden de importancia, sin duda el antiguo Palacio Real de la familia real laosiana obtendría el primer puesto.
La principal característica que hace especial este conjunto de edificios no es su sincretismo arquitectónico, mezcla de estilos laosiano y Beaux Arts frances, sino el hecho de que, al no haber pasado mucho tiempo desde que el rey fuese obligado a abdicar, su interior apenas ha sufrido cambios. Y es que, si hacemos caso a lo que se dice, las habitaciones privadas de la familia están exactamente cómo las dejaron sus propietarios antes de abandonar el país.
Mientras los aposentos del rey y la reina casi pasan desapercibidos por su sencillez, la suntosidad de sus salas públicas resulta abrumadora: escaleras de mármol, estatuas de oro, hermosos cuadros… Todo ello, junto con la colección de coches de lujo y otros regalos que la familia real recibía de sus invitados, reflejo inequívoco de la riqueza que llegó a acumular la monarquía de este modesto país del sudeste asiático.
El Museo del Palacio Real de Luang Prabang
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